La palabra luz proviene del latín lux, lucis. Es un fenómeno electromagnético que solamente forma parte de la amplia gama de ondas electromagnéticas llamado espectro electromagnético. La luz visible es la radiación electromagnética que puede ser percibida por el ojo humano. El espectro de luz es muy amplio e incluye el rango entero de radiación conocido como el espectro de luz electromagnética, mientras que la expresión luz visible denota la radiación en el espectro visible.
La Luz Visible: Una Onda Electromagnética
La luz visible es una pequeña porción del espectro electromagnético que nuestros ojos son capaces de detectar. Pero, ¿qué significa esto exactamente?
El espectro electromagnético es un rango completo de radiación electromagnética, que incluye desde las ondas de radio hasta los rayos gamma. Toda esta radiación se compone de campos eléctricos y magnéticos oscilantes que se propagan a través del espacio.
La luz visible, al ser parte de este espectro, también es una onda electromagnética. Esto quiere decir que está formada por campos eléctricos y magnéticos que vibran perpendicularmente entre sí y a la dirección en la que se propaga la onda.
Características de la luz visible como onda electromagnética:
Longitud de onda: La luz visible se caracteriza por tener longitudes de onda que van desde los 400 nanómetros (violeta) hasta los 700 nanómetros (rojo).
Frecuencia: La frecuencia de la luz visible está relacionada con su longitud de onda y determina su color.
Velocidad: La velocidad de la luz en el vacío es constante y es la misma para todas las frecuencias de la luz visible.
¿Por qué vemos los colores?
Los diferentes colores de la luz visible corresponden a diferentes longitudes de onda. Cuando la luz incide sobre un objeto, este absorbe ciertas longitudes de onda y refleja otras. Las longitudes de onda reflejadas son las que percibimos como color.
En resumen, la luz visible es una forma de energía que se propaga en forma de ondas electromagnéticas. Su naturaleza ondulatoria le permite interactuar con la materia de diversas formas, dando lugar a los fenómenos ópticos que observamos a diario, como la reflexión, la refracción y la difracción.
